El uso del huevo en polvo rendidor en la industria culinaria y de embutidos representa una innovación significativa en términos de eficiencia, higiene y conservación. Este producto, obtenido a partir de la deshidratación de huevos frescos, ofrece múltiples ventajas para profesionales y empresas dedicadas a la producción de alimentos.
Para garantizar su óptima conservación, el huevo en polvo debe almacenarse a temperatura ambiente, con una humedad relativa del 65-70%. Su preparación es sencilla: se rehidrata mezclándolo con agua, siguiendo la proporción recomendada para alcanzar la densidad deseada, lo que permite replicar las propiedades del huevo batido con facilidad y eficacia.
La relación sugerida de 1 kg de huevo en polvo por 10 litros de agua potable facilita la preparación de grandes cantidades de mezcla, equivalente a 380 huevos batidos, optimizando tiempo y recursos. Esta proporción puede ajustarse según las necesidades específicas de cada receta o proceso productivo.
El huevo en polvo rendidor se establece como una solución práctica y económica para la industria alimentaria, permitiendo una mayor eficiencia en la producción y una mejora significativa en la seguridad alimentaria. Su facilidad de uso, junto con las ventajas en términos de conservación y control bacteriológico, lo convierten en un ingrediente esencial para modernizar y optimizar las operaciones culinarias y de embutidos.