La guía esencial para saber cuándo un producto está realmente listo**
La merma —la pérdida de peso durante el secado y maduración— es uno de los factores más importantes para elaborar embutidos secos, salames, longanizas y piezas enteras como bondiola, panceta y lomito.
Sin embargo, es también el indicador más ignorado o mal interpretado por principiantes y productores experimentados.
Saber controlar la merma determina la seguridad, la textura, el sabor, la vida útil y la calidad final del producto.
En esta guía te explicamos qué es, por qué importa, cómo medirla correctamente, cuánta merma necesita cada producto, y cuáles son los errores más comunes.
La merma es la pérdida de agua que ocurre durante el proceso de secado y maduración.
Esta pérdida es esencial porque:
Sin merma suficiente, el interior de un salame o una bondiola queda húmedo, blando, ácido o incluso inseguro.
Los valores ideales dependen del tipo de embutido o pieza.
✔ Merma ideal: 32–38%
✔ Mínimo para consumo seguro: 30%
✔ Merma ideal: 35–40%
✔ Bondiola chica: 35–36%
✔ Bondiola grande: 37–40%
✔ Merma ideal: 25–30%
✔ Merma ideal: 28–33%
✔ Merma ideal: 35–45% dependiendo del tamaño
Regla general:
A mayor diámetro o peso → mayor merma necesaria.
Paso a paso**
La medición debe ser exacta, no a ojo. Así se hace:
Apenas se termina de embutir o preparar la pieza, se pesa cada producto individualmente.
Ejemplo:
Salame recién embutido: 1.120 g (peso verde)
La frecuencia ideal depende del producto:
Anotar cada resultado.
Fórmula simple:
\text{Merma (\%)} = \frac{\text{Peso inicial – Peso actual}}{\text{Peso inicial}} \times 100
Ejemplo real:
Peso inicial: 1.120 g
Peso actual: 760 g
\text{Merma} = (1120 – 760) / 1120 = 32.1\%
El producto está terminado solo cuando alcanza el % de merma ideal.
No importa:
La única garantía objetiva es la merma.
Solución: usar balanza digital de cocina con precisión de 1–2 g.
Cada una evoluciona diferente → pesar siempre individualmente.
La memoria falla; un registro ordenado evita confusiones.
El exterior puede estar firme y el interior crudo.
La mano no reemplaza a la merma.
Cortarlo verde arruina la fermentación interna y seca mal.
Cuando un salame o bondiola tiene solo 25–30% de merma:
Es el error más común en productores nuevos.
Cuando la merma supera el 45%:
En salames pequeños puede pasar si el secadero tiene poca carga o mucho movimiento de aire.
Medir la merma no es una opción:
es la clave que define si tu producto está seguro, parejo y correctamente madurado.
Ya sea un salame, una longaniza o una bondiola, controlar la merma te permite:
